VIAJES

           Viajar no es solo trasladarse de un punto a otro. Viajar es lanzarse al encuentro continuo con lo nuevo; con lugares, con objetos y personas que nunca antes habiamos visto. Es sumergirse en la extrañeza que produce un aeropuerto repleto de voces en distintos idiomas y preguntarse:

¿Donde estoy?.

            Es descubrir y experimentar sensaciones unicas, vivencias que nos quedan impresas, nombres que permacen. Es abrirse a otras formas de pensar y de vivir, otras realidades, que invitan a vernos desde otro punto de vista. Cada vez que volvemos a casa, ya no somos los mismos.

           Son muchos los que dicen que “viajar es la mejor escuela”. Puede que asi sea, pero ha de ser una escuela individual, que cada uno construye a su manera. Es importante que cada viajero trace su camino como sienta que deba ser, de manera unica e irrepetible. No hay una forma mas valida que otra: hay quien se siente mejor durmiendo en un hostel con camas compartidas, viajando en trenes con indigenas o en buses con gallinas, y comiendo en mercados populares.

           Otros prefieren llegar a destino con los hoteles reservados y tener un auto 0 km. listo para salir hacia paraisos de aguas cristalinas y arenas blancas.

            Todo viaje comienza en el momento en que decidimos hacerlo pero lo bueno es que nunca se sabe donde termina.

Y esa es una de las cosas mas atrapantes que tiene: lo imprevisible. Por mas que fijemos un recorrido, cuando llegamos al primer lugar se nos abre el mapa; los planes cambian y terminamos en un pueblito en la montaña que nunca nos hubiesemos imaginado.

En los viajes experimentamos esa inigualable sensacion de libertad absoluta, en la que no sabemos que vamos a hacer en los proximos diez minutos. Pero lo que si sabemos, es que estamos mas vivos que nunca.