Posee una caracteristica increible. ES INCREIBLE. Resulta dificil poder explicarlo con palabras, porque deberiamos vivirlo.
Quiero aclarar que no estoy
inventando nada nuevo, ni he tenido una epifanía para mencionar esto.
Simplemente es el relato de una experiencia de buceo. De hecho hay miles de
relatos sobre el tema, pero la diferencia es que este es propio.
Levantarse temprano. Preparar un
mate y sentarse en el muelle. Dejar que esa humedad salitrosa y tibia te
envuelva, junto con el ruido del agua golpeando contra los palos. Sentado,
mirando el horizonte, sin pensamientos concretos. Tan solo dejarse ir.
Al rato comienzan a aparecer los demás
compañeros y ya nos encaminamos hacia el desayunador. Mesa compartida y
comentarios que van y vienen. preparamos el equipo y comenzamos el armado. El
mar nos espera.
Mas tarde cargamos los tanques en
la camioneta, nuestro equipo y partimos hacia alguno de los puntos de buceo que
tiene la isla. El ritual se repite a diario. Bajamos los tanques, nos ponemos
el neoprene y nos juntamos para delinear el plan de buceo. Luego
Una vez el equipo puesto y junto
a nuestro compañero de buceo, nos reunimos en circulo y chequeamos. Regulador en
boca, pulgar abajo y comienza el descenso.
El azul es cautivante. El
silencio casi total. La libertad es fantástica. Otro mundo aparece, no dejando
lugar para que la imaginación juegue. Todos los colores de la creación están ahí
abajo, entre los corales y las rocas. Las formas son increíbles y desafían
cualquier ilusión.
Se ven detrás las columnas de
burbujas que lentamente ascienden. Azul es todo el color que nos rodea, cuando
miramos hacia el infinito. Y nos llama. No oímos su voz, ni vemos sus gestos,
pero hay toda una fuerza que te impulsa a saltar hacia esa vastedad. Es una sensación
fuerte y al mismo tiempo tranquilizadora, como sabiendo que se esta volviendo a
esa matriz primaria, originaria, que no puede hacerte daño.